En qué grado la televisión está influyendo en la apatía social. La lectura del siguiente artículo puede darnos algunos tips importantes.
Revista Fere 452.España
Nos hallamos ante un tema crucial de la cultura educativa de nuestra sociedad. Es paradójico que la cultura de los mass media, de las grandes oportunidades, de los avances tecnológicos, esté produciendo sensación de apatía, de “apagón ideológico” y de “parón activista”.
Este fenómeno se detecta con preocupación en los niños más pequeños, donde se diagnostican cada vez más casos de “apatía enfermiza”. Los educadores son los primeros en dar la voz de alarma sobre cómo este fenómeno de la apatía vital está afectando a los adolescentes. Desde el Programa de Prevención para Tutorías hemos impartido centenares de cursos de formación a claustros de educadores. El dato más sorprendente que nos hemos encontrado en estos cursos es el siguiente: al señalar los problemas más importantes que afectan a sus alumnos, nosotros solemos insistir en el problema de la violencia y la discriminación, el alcohol y otras drogas y el sexo y el sida. Pues bien, siempre (en la totalidad de cursos) nos hemos encontrado que el problema más importante para los educadores es la apatía de los alumnos, su desinterés, la precaria conexión entre el educador y el alumno, la dificultad para detectar sus necesidades y para lograr que los contenidos educativos sean significativos. En el número anterior de esta “Escuela en casa” ofrecíamos el siguiente dato de la educación en Francia: después de un largo debate nacional sobre la educación, resulta que el problema más importante es este mismo, la apatía, el desinterés y la falta de conexión.
(Artículo recortado)
... Nunca jamás en la historia de la humanidad ha habido una epidemia anímica tan importante. Consumimos millones de toneladas de antidepresivos y tranquilizantes. La depresión se ha convertido en la auténtica plaga de nuestra sociedad de consumo. En los países occidentales es la que genera mayor número de bajas laborales, mayor gasto farmacéutico, etc. Algo grave está pasando. Hemos recopilado indicios, como si fuéramos detectives, porque “detectamos” que algo pasa, pero aún no sabemos de qué se trata. No ha sucedido ninguna catástrofe evidente, pero sí una carcoma que parece minar nuestros cimientos. El gasto en antidepresivos se ha multiplicado por cuatro en ocho años. Un joven actual tiene el doble de probabilidades de sufrir una depresión que sus padres y el triple que sus abuelos. Dice Vicente Verdú: “Cuando el empleado no soporta más sus condiciones de trabajo no acude a los sindicatos, va al médico” (Verdú, 2003: p. 208)
La televisión y otras metáforas de la pasividad
Es unánime el clamor social que apunta a la televisión como principal culpable de nuestra “cultura de la apatía”. La regla de tres podría ser: la televisión fomenta la pasividad porque apaga el deseo de explorar. La televisión apaga el deseo de explorar porque sirve en bandeja todo ya terminado, hasta con la guinda puesta, mejor aderezado de lo que la vida real puede hacerlo nunca. La consecuencia es que desaparece la curiosidad. Aquí parece estar la fuente del tedio vital, de la apatía cultural de nuestra sociedad. Personalmente, no me lo creo.
Esta cuestión ocupará el próximo número de nuestra “Escuela en casa” casi de forma monográfica.
A continuación, resumimos e invitamos a pensar juntos y debatir sobre el tema Hay mucha ambigüedad que explorar, clarificar y hablar en familia con grupos de padres y madres.
Las causas de la apatía cultural y personal:
1. La causa profunda de la pasividad es la unidimensionalidad cultural que vivimos: no nos hacemos preguntas, no nos cuestionamos, no nos arriesgamos, priorizamos la seguridad, la comodidad que protege lo que tenemos.
2. La pasividad en las acciones provoca la apatía interior, la aridez anímica, la frialdad afectiva, la pobreza comunicativa. Cuando algo no se entrena, se atrofia. Cuando una necesidad no se cuida, desaparece.
3. La saturación de estímulos y la sobreabundancia consumista provoca que nuestros hijos no sepan luchar a medio o largo plazo para conseguir algo. Nadie les ha entrenado en los esfuerzos y las paciencias de los proyectos.
4. Orientarnos al éxito en lugar de orientarnos al proceso y al proyecto provoca una malsana ansiedad por conseguirlo todo ya y en su totalidad.
5. Educar en el conformismo hace que nuestros hijos no se cuestionen, no se muevan, no inventen y esperen directrices para vivir.
6. La televisión es una maestra más de la pasividad porque ofrece productos culturales cerrados. Si la educación cumpliese su papel, los hijos podrían intervenir como espectadores activos.
... Otro día nos citaremos con Vigotsky para buscar qué podemos hacer los padres y las madres para que nuestros hijos sean proactivos. Los psicólogos recomiendan hacer deporte, pasear, hacer excursiones, tener aficiones, leer, salir con los amigos... para segregar endorfinas, que es la sustancia que genera el cerebro cuando experimenta placer y es la responsable de activar las conexiones neuronales y despertar nuestro ánimo.
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